La Sección de Familia y Sucesiones del ICAM celebró ayer el taller «Asertividad Jurídica: decir lo que toca, sin perder los papeles (ni al cliente)», una sesión formativa centrada en dotar a los abogados/as de herramientas eficaces para gestionar los aspectos emocionales y comunicativos propios del Derecho de Familia.
La ponencia, conducida por Mariola Quesada, socia directora de LIDERALAW, S.L., abordó con un enfoque práctico y cercano los principales retos que enfrentan los profesionales del sector al comunicarse con clientes, compañeros y partes contrarias. A lo largo de la jornada, Quesada subrayó la importancia de una comunicación clara, firme y empática como clave no solo para una defensa eficaz, sino también para preservar la salud mental del abogado.
Se destacó que la asertividad jurídica va mucho más allá de la simpatía: implica técnica, autoconciencia y control emocional. La ponente ofreció estrategias para anticipar conflictos, mantener el foco en entornos tensos como audiencias o negociaciones, y establecer límites sin generar enfrentamientos innecesarios. También compartió herramientas prácticas para decir «no» de forma profesional y técnicas de respiración y mindfulness aplicadas al entorno jurídico.
En su intervención, Quesada puso en valor la necesidad de que los abogados complementen su formación técnica con habilidades transversales, como la inteligencia emocional, la gestión del estrés y el liderazgo. Haciendo uso de su experiencia de más de tres décadas, insistió en la importancia de trabajar la actitud y la predisposición emocional como parte del ejercicio profesional, especialmente en materias tan sensibles como las de familia y sucesiones.
La jornada concluyó con una reflexión a partir de la fábula del viento y el sol, con la que ilustró cómo la calidez y la empatía pueden ser más efectivas que la confrontación directa, también en el ámbito jurídico.
