La Sección de Derecho Militar y Seguridad del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha celebrado esta semana una jornada centrada en el análisis del uso innovador del Tratado de Lisboa en las nuevas iniciativas europeas en materia de defensa. El encuentro, que tuvo lugar en la sede del ICAM, fue moderado por Mariano Casado, copresidente de la Sección, y contó con la participación del coronel Juan Carlos Castilla Barea, del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).
La jornada abordó el papel clave que ha desempeñado el Tratado de Lisboa en la configuración de la respuesta institucional de la Unión Europea ante los desafíos de seguridad derivados de la guerra en Ucrania. Desde la adopción de la Estrategia Global de la UE en 2016, el Tratado se ha convertido en un instrumento fundamental para fomentar iniciativas en el ámbito de la defensa. Esta tendencia se ha intensificado tras la invasión rusa de 2022, lo que ha impulsado a las instituciones europeas a reinterpretar las disposiciones del Tratado con el objetivo de reforzar la autonomía estratégica y la capacidad de respuesta conjunta.
Durante su intervención, el coronel Castilla Barea explicó cómo la Comisión Europea, especialmente a partir de 2021 con la puesta en marcha del Fondo Europeo de Defensa, ha asumido un papel más activo en el ámbito de la defensa, actuando de forma complementaria con la Agencia Europea de Defensa. Esta colaboración ha permitido configurar una acción coordinada hacia los Estados y las industrias del sector, sin necesidad de modificar el marco jurídico existente.
Asimismo, se analizó el impacto que ha tenido la guerra en Ucrania en la estructura institucional de la UE, impulsando mecanismos legislativos y financieros como el Act in Support of Ammunition Production (ASAP), la European Defence Industry Reinforcement through Common Procurement Act (EDIRPA), la European Defence Industrial Strategy (EDIS) y el futuro White Paper for European Defence Readiness 2030. Estas herramientas han permitido canalizar inversiones y proyectos destinados a reforzar las capacidades tecnológicas y operativas de los Estados miembros.
El ponente abordó también la creciente fragmentación del mercado europeo de defensa y la tensión entre la creación de campeones nacionales y la construcción de un mercado único. En este contexto, se destacó la necesidad de reorientar las políticas hacia una mayor integración, cooperación multinacional y planificación estratégica a largo plazo, con el objetivo de superar los desequilibrios actuales y consolidar una base tecnológica europea sólida.
La jornada puso de relieve la importancia de avanzar hacia una política común de seguridad y defensa, sin perder de vista la complejidad institucional de la UE ni las competencias compartidas entre los distintos niveles de gobernanza. Se subrayó que, si bien aún no existe un ejército europeo, sí se están dando pasos decisivos hacia una mayor coordinación y complementariedad de capacidades, tanto entre Estados miembros como en colaboración con organizaciones internacionales como la OTAN.




