La Diputada Ana Buitrago ha sido la encargada de inaugurar la nueva programación de jornadas de la Sección de Abogacía de Empresa ICAM, en la que, ha asegurado, se centrarán en “asuntos jurídicos y de práctica de la abogacía de empresa que sean de especial relevancia para la abogacía in-house”.
Lo ha hecho durante la celebración de la jornada El cambio de la Abogacía de Empresa ante la Inteligencia Artificial, que ha contado con la moderación de la Copresidenta de la Sección, Elia Esteban, el Presidente de la Sección de Robótica, Inteligencia Artificial y Realidad Aumentada ICAM, y Patricia Manca, socia de PWC y experta en telecomunicaciones, entretenimiento y media. El evento también contó con la presencia de la Diputada responsable de Relaciones Institucionales del ICAM, Roberta Poza.
Durante la apertura de la jornada, la Diputada Buitrago ha esbozado la hoja de ruta del ICAM en materia de Inteligencia Artificial: “Consideramos que la IA tiene sus riesgos y somos partidarios de una regulación, antes de que estos riesgos se extiendan de forma incontrolable. Pero no podemos ignorarla, hay que integrar la inteligencia artificial, porque solo aquellos que ignoren estas tecnologías serán los que tengan problemas”.
“Desde el ICAM nos aseguraremos de que ningún colegiado se quede atrás en este asunto y, sobre todo, que no perjudique ni al ejercicio de la profesión ni al Estado de Derecho”, ha recalcado Buitrago.
El presidente de la Sección de Robótica e IA, Santiago Mediano, ha llamado a un “debate transversal e integral sobre la Inteligencia Artificial, que nos afecta a los que vivimos en el presente y afectará a los que vendrán”.
“Quo vadis?”, ha reflexionado Mediano sobre la IA, que ha repasado qué impacto tiene en la legislación. Entre los textos en los que ya se habla de Inteligencia Artificial, Mediano ha citado el informe de 2019 de la Comisión Europea sobre vigilancia de la Inteligencia Artificial, que da una de las primeras definiciones jurídicas sobre este concepto, además de la propuesta de reglamento europeo sobre IA del 2021. Un reglamento en el que no se menciona la IA generativa, que tan popular se ha hecho en los últimos meses, a raíz del auge de modelos como ChatGPT.
Además, también ha querido reflexionar sobre la protección de datos en los modelos de IA, invitando a una “reflexión sobre la información que suministramos a los modelos generativos”. “¿Quién garantiza que esa información se mantiene confidencial y no llega a donde no tiene que llegar?”.
A la hora de hablar de sus riesgos, Mediano ha explicado que en la propuesta de reglamento europeo, este cataloga los modelos de IA según sus riesgos, que se basan en los posibles perjuicios a la salud y a la seguridad y a las repercusiones negativas que puedan tener sobre derechos fundamentales, y ha citado expresamente los deepfakes, que “podrán requerir de una actualización de la legislación en materia de honor y de la propia imagen”.
En cualquier caso, “dicen los filósofos que no se puede forzar el cambio, sino esperar a que llegue, y lo que hay que hacer es abrir puertas y ventanas, para que el viento entre, aunque a veces los cambios son huracanes y aunque mantengas las puertas y ventanas cerradas, el huracán entra. La Inteligencia Artificial es más un huracán que un viento”.
Por su parte, Patricia Manca, socia de PWC, ha querido incidir en que “la inteligencia artificial no es nueva, ya usábamos sistemas que aplicaban inteligencia artificial”. Lo más nuevo, eso sí, son los modelos generativos de IA.
Manca coincide en que “la inteligencia artificial va a revolucionar la profesión”, eso sí, siempre tomando las precauciones necesarias para evitar errores, como el del abogado estadounidense que presentó una demanda llena de precedentes que no existían, porque se los había inventado un modelo generativo de inteligencia artificial.
“Desde hace unos meses estamos viendo un interés creciente sobre aplicaciones de IA para aplicarla en el ejercicio de la profesión, porque ayuda a optimizar costes y procesos”, ha explicado Manca, que afirma que para “tareas que antes se tardaban seis horas, ahora están hechas en 15 minutos”.
“El valor del trabajo bien hecho se aprecia, pero la percepción de lo tangible de ese valor en el negocio hasta ahora era muy difícil de demostrar. La tecnología nos permite identificar patrones dentro de lo que estamos haciendo y crear una jurimetría propia”. “La IA permite tomar una serie de decisiones que aporta un valor añadido al abogado desde el punto de vista de negocio”, ha incidido la socia de PWC.
Lo que sí tiene claro Manca, y coincide en ello con Mediano, es que “hay que abrazar la IA, porque es una oportunidad única para nosotros como abogados”.