La Sección de Innovación y Abogacía del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid reunió ayer a destacados expertos en innovación y nuevas tecnologías aplicadas al mundo legal para abordar desde una visión internacional y movilizadora los cambios que afronta el sector.
Durante el encuentro se presentó el informe “Rethink Legal. La disrupción imparable de un sector en transición”, que aborda la acelerada transformación del sector legal en la era digital. Además, se celebró una mesa redonda sobre humanismo tecnológico, explorando el equilibrio entre la tecnología y los valores humanos en la práctica legal moderna.
La sesión comenzó con una bienvenida que corrió a cargo de Sara Molina y José Ramón Moratalla, copresidentes de la Sección de Despachos e Innovación del ICAM, y de Teresa Parada, miembro de la comisión de tecnología de Women in a Legal World.
A continuación, Juan Luis Moreno, socio y director de innovación de The Valley, presentó el informe “Rethink Legal. La disrupción imparable de un sector en transición”. Juan Luis Moreno destacó que el informe “identifica indicios de futuro en el presente, tendencias que están afectando al sector legal y que van desde la llamada “montaña rusa” regulatoria hasta las nuevas formas de ejercer la acción legal en mundo donde la digitalización y la IA están impactando notablemente, y es crucial preparar a los equipos y acelerar la innovación».
La presentación dio paso a una mesa redonda sobre humanismo tecnológico que contó con la participación de Leticia Álvarez, Strategic Accounts en Google; Aníbal Astobiza, filósofo, doctor en ciencias cognitivas y experto en el mundo de la ética en la IA y del dato; y Dulce Miranda, Socia de Deloitte Legal, responsable de ética de Deloitte Legal y experta en derecho digital.
Moderada por María de la O, Directora de innovación de Lefebvre, la discusión se centró en la integración de la tecnología con los valores humanos en la práctica legal. Los expertos pusieron sobre la mesa asuntos como la importancia de concebir la inteligencia artificial como un colaborador humano, enfatizando en el papel esencial de los abogados con habilidades en ciberseguridad y conocimientos específicos del sector, o la necesidad de una normativa capaz de regular transversalmente el surgimiento de la inteligencia artificial generativa y su implicación en la propiedad intelectual.