Con motivo de la celebración del 5º aniversario de la Sección de Derecho Canónico del ICAM, el Decano Eugenio Ribón y la Tesorera Lola Fernández Campillo recibieron en el ICAM a los Excmos. y Rvdmos. Mons. Bernardito Cleopas, Nuncio Apostólico en España y en Andorra y a Mons. Francisco César García Magán, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española.
Tras la recepción oficial, tuvo lugar una jornada en el Salón de Actos del ICAM en la que Mons. Francisco César García Magán abordó las cuestiones fundamentales sobre bienes temporales de la Iglesia. La sesión fue moderada por Mónica Montero e Irene Briones, copresidentas de la Sección de Canónico del ICAM.
El Excmo. y Rvdo. Sr. Don Francisco Cesar García Magán se refirió a los elementos fundamentales de los bienes temporales tratando las cuestiones esenciales para entender cómo los bienes tiene un carácter instrumental al servicio de los fines de la Iglesia, lo que conlleva una responsabilidad de los fieles que se encargan de la administración y de quienes deben vigilar que la misma se lleve a cabo de forma adecuada, resaltando el papel de los laicos que posean una adecuada cualificación en la gestión de los bienes temporales.
Sobre el Libro V del Código de Derecho Canónico, Mons. Francisco César García habló sobre el principio de austeridad, la comunión eclesial, el principio de subsidiariedad a otras instituciones y asociaciones eclesiásticas y sobre el sistema beneficial -en el que lo importante no es el beneficio sino el oficio asignado a una Iglesia o parroquia-. También se refirió a la insistencia y respeto a la Justicia Social y a la obligación de información y transparencia.
Por su parte, Mons. Bernardito Cleopas centró su exposición en la búsqueda de la justicia en la sociedad civil y en la Iglesia. En su reflexión
habló de la justicia como cauce para conocer la verdad y como medio que garantiza la paz social, donde el proceso se configura como una de las instituciones que la cultura jurídica de todos los tiempos se ha encargado de regular, defender y propulsar como el instrumento ordinario y normal de hacer justicia.